Tras cinco años de ausencia los planeadores volvieron al norte neuquino y aunque no lograron batir ningún récord de vuelo a vela, porque las condiciones meteorológicas no fueron favorables, lograron demostrar que Chos Malal es un destino ideal para esta práctica a nivel mundial.
Ocho planeadores y veintitrés pilotos -tres de ellos europeos- llegaron a la región del Alto Neuquén a principios de noviembre para sumarse al XXV encuentro de vuelo en Patagonia que organizó el Centro Nacional de Vuelo a Vela de Montaña y ya está culminando.
Al cabo de un mes, pudieron concretar 48 remolques y varios vuelos de introducción a interesados en sumarse a esta particular actividad deportiva.
Ramón Chialvo, tesorero de dicha institución, destacó la participación -a pesar de que fue inferior a otros encuentros- debido al tiempo transcurrido desde el encuentro anterior. “Estamos retomando la actividad. Desde 2019 no habíamos podido hacerlo”, precisó.
La pandemia conspiró con la organización del evento, así como el tiempo en que estuvo cerrado el aeródromo de Chos Malal por obras. Los trabajos en la pista fueron concretados este año por el gobierno de la provincia y fueron determinantes al momento de reanudar esta práctica.
Chialvo destacó el acompañamiento de los funcionarios provinciales y municipales durante el encuentro. Consideró que hicieron mucho por visibilizar el vuelo a vela y eso es fundamental para incentivarlo. No obstante, indicó que es necesario seguir invirtiendo para generar el despegue de la actividad a nivel turístico y consideró que una alternativa es impulsar una inversión mixta entre el sector público y el privado.
Tienen en carpeta un proyecto para implementar una escuela de vuelo en la provincia, que tenga base en Chos Malal y funcione desde octubre hasta diciembre. Eso permitiría extender el encuentro de vuelo a vela y, a la vez, facilitar la formación de pilotos de planeadores. Este tipo de cursos demanda dos meses, precisó.
Este año participaron dos alemanes y un austríaco. Llegaron a Chos Malal atraídos por sus particularidades para volar en onda. Quienes vuelan a vela afirman que los cielos del norte neuquino son los mejores del mundo para realizar esta práctica. Saber que el aeródromo está en condiciones nuevamente es el primer paso para promocionar la próxima edición del encuentro.
Otro paso que quieren dar los organizadores es práctico: lograr que se reactive el puerto seco en Zapala -adonde funciona la Zona Franca- para que los extranjeros puedan ingresar al país sus planeadores como importación temporaria. Así evitarían entrar a la Argentina por Buenos Aires, ganando tiempo y cercanía.