Es muy utilizada y ya busca mercados en el mundo. Muchos de los que practican esquí o snowboard desarrollan un vínculo especial con la montaña. Un sentimiento muy parecido al amor, que los lleva a pensar en todas las formas de cuidar ese entorno natural que les permite sentir la adrenalina de cada bajada por las laderas.
Hace tres años, Alan Lucomsky y Lucas Campomori crearon Allu, una cera sin químicos para que las tablas y los esquíes se deslicen en la nieve. Al nombre de su marca no lo pensaron demasiado: simplemente unieron las iniciales de cada nombre para darle vida, sin querer, a una palabra inca que significa “algo que permanece en el tiempo”.
Sin embargo, los emprendedores quisieron dejar su huella en el mundo de los deportes de nieve con un producto que, paradójicamente, no deja rastros en el entorno natural. “La mayoría de las ceras o parafinas que se usan para las tablas tienen flúor o componentes químicos que quedan en la nieve”, aclaró Lucas, y agregó: “Una vez que se derrite la nieve, los químicos terminan en la tierra o en los ríos”.
Invento
El cocinero detrás del producto es Jorge Lucomsky, el padre de Alan, que es apicultor y decidió usar la cera virgen de sus abejas para desarrollar una alternativa a las parafinas industrializadas. Tras una serie de ensayos en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), consiguió que su versión lograra los mismos resultados en el deslizamiento en la nieve, pero con componentes orgánicos en lugar de químicos que afectan al medioambiente.
Desde los primeros ensayos hasta la actualidad, Jorge logró crear cuatro tipos distintos de cera, que se adaptan a las diferentes características de la nieve. Hay una para la nieve húmeda de primavera, justo al final de la temporada; otra para la seca y otra para la nieve en polvo. También desarrolló la cera roja, el comodín, que se adapta a las distintas condiciones de la montaña.
“Jorge elabora los productos en Buenos Aires y yo soy el encargado de probarlos en la montaña para ver si realmente funcionan en el deporte”, explica Lucas, el socio neuquino del emprendimiento, que comercializa los panes de cera desde su taller en Centenario.
Originalidad
Por la originalidad de su propuesta, la reacción positiva de los deportistas fue inmediata. “La gente que practica snowboard o esquí ama la montaña, y por eso se entusiasmaron al conocer un producto que la cuida”, detalló Lucas. Aunque aclaró que el flúor que agregan a las parafinas industriales les da a los deportistas unas milésimas de segundo de ventaja en la velocidad, Allu está destinada a las horas de entrenamiento de los que compiten y a los que practican de manera recreativa.
“No queremos dejar de ser ecológicos por adaptarnos a los que compiten, porque el 95% de los deportistas no están interesados en competir”, aclaró Lucas, y agregó que no existen otras ceras ecológicas para las tablas, por lo que hasta los centros de esquí se interesaron en difundir su producto.
Tras su éxito en el universo de la nieve, Allu expandió sus fronteras hacia otros deportes como el sandboard, el surf o el skate. En la actualidad, la firma ya cuenta con unos 25 embajadores, conocidos como riders, que difunden los efectos positivos del producto en el mantenimiento de las tablas para diferentes disciplinas.
Aunque ya venden la cera a todo el país a través de sus oficinas y otras plataformas de internet, el nuevo desafío de los emprendedores apunta a llegar a otros mercados.
“Ya tenemos representantes en Estados Unidos y Andorra, y queremos llegar a esos países donde la conciencia ecológica es aun mayor”, destacó Lucas.
Kit de productos para mantener los equipos
Tras el éxito de la cera para el deslizamiento de las tablas y los esquíes, los creadores de Allu decidieron expandir su negocio dentro del rubro.
Para ello crearon una línea de accesorios que permiten cubrir todas las fallas de mantenimiento de los equipos de esquí.
Otra vez, la habilidad de Jorge Lucomsky, cuya familia poseía una máquina matricera, les posibilitó crear piezas de plástico para mejorar las condiciones de las tablas para nieve.
Así, desarrollaron las barras de plástico para tapar rayones, conocidas como cofix. Crearon también afiladores de canto, rasquetas para eliminar el exceso de cera en la tabla y un cepillo limpiador de base.
Todos los productos se comercializan en un kit con los cuatro tipos de cera que vende Allu por 2500 pesos y buscan motivar a más deportistas a conocer las formas de encerar su tabla para extender la vida útil de los equipos y no tener la necesidad de acudir a productos industriales que en muchos casos contienen, por ejemplo, flúor.
“Gracias al desarrollo de estos productos, mi taller es el único en el que utilizo mis propios materiales; el único artículo que tengo que comprar es la plancha”, señaló Lucas Campomori, uno de los fundadores de esta marca dedicada al producto nieve.