“Como perro con dos colas”, así definió la experiencia de acompañar a los trashumantes, el veterinario Sergio Gómez durante la veranada al Norte neuquino. El profesional propuso su servicio para revisar a los perros que acompañan los piños de 150 crianceros.
La iniciativa “se me ocurrió cuando vi todo el despliegue que genera la trashumancia. Soy médico veterinario y amo a los animales, y cuando vi que los perros son guías que acompañan al criancero, pensé que también requieren asistencia”, comentó.
De esta manera, Gómez se puso en contacto con la secretaria de Emergencias y Gestión de Riesgos, Luciana Ortiz Luna “para formar parte de la comitiva junto al equipo del SIEN y agentes del Manejo del Fuego”.
Recorrieron Los Miches, Andacollo, Huinganco y Varvarco-Invernada Vieja. “Fue una experiencia muy linda, me encontré con un panorama espectacular”, indicó y agregó que “nos recibieron muy bien, estaban muy contentos, muy agradecidos y yo también muy agradecido por el trato”.
A lo largo de las intensas jornadas “revisamos a los perros, sus patas, pulgas, lastimaduras y los ojos, porque el polvillo les puede ocasionar conjuntivitis”, manifestó el profesional al mencionar las afecciones más frecuentes de los canes. De esta manera, se desparasitó a los perros tanto por dentro como por fuera.
Al respecto, Gómez comentó que “en términos generales, los perros estaban muy bien, la gente los cuida porque saben que son parte del trabajo”. Estimó que junto a cada familia van entre tres y cuatro perros, dependiendo de la cantidad de animales por piño.
Durante las visitas, en dos días el veterinario colocó más de 60 collares para pulgas y garrapatas y 120 pastillas antiparasitarias. Los insumos fueron aportados por Gómez “con la intención de asegurar una veranada más tranquila”.
Finalmente, el veterinario convocó a la gente a respetar a los crianceros y sus piños cuando cruzan las rutas, “porque es un trabajo muy sacrificado que realizan las familias transitando senderos en la búsqueda de agua y pasturas para sus animales”.
La trashumancia es una práctica ancestral en la provincia del Neuquén que congrega a familias crianceras y sus animales que parten desde los campos bajos para conseguir buena pastura y agua. En su camino transitan por las huellas de arreo que muchas veces coinciden con rutas consolidadas. El camino de ida inicia los últimos días de noviembre y se retoma entre abril y mayo.