Hugo Gutiérrez, intendente de Chos Malal, dijo que ya recibieron la asistencia de la Provincia y que van a requerirla también este mes para el pago de salarios y el gasto social.
Chos Malal no escapa a la realidad de otros municipios respecto de los problemas financieros y la falta de recursos por la inactividad producto de la pandemia de COVID-19. Su intendente, Hugo Gutiérrez, explicó que debieron recurrir a la ayuda de la Provincia para afrontar el pago de salarios y el gasto social. Además, indicó que están buscando la manera de generar más recursos propios a través, por ejemplo, de la venta de tierras.
– ¿Cómo está manejando el Municipio la cuestión sanitaria?
Desde que comenzó esto nos pusimos al lado de Salud, la Policía, Gendarmería y Gobierno. Hemos fortalecido el control de ingresos a la ciudad, tanto el de la Ruta 40 como por el que se puede salir hacia Buta Ranquil.
También el trabajo con los choferes de los camiones de alimentos, donde hacemos un seguimiento con los protocolos y por eso no hemos tenido positivos. Y después para los camiones que pasan con gas, a los que no dejamos ingresar y los acompañamos hasta la salida de la ciudad.
– ¿Participaron del control de las veranadas?
Se hizo un control en Andaocollo y también acá entre los dos puentes del río Curí Leuvú, que es paso obligado, donde se los visitó y no hubo problemas. Incluso atravesaron el pueblo por uno de los callejones de arreo que tenemos y se acompañó, sin detectar ningún caso positivo.
– ¿Qué actividad necesita Chos Malal habilitar de manera más urgente, más allá de las que ya se autorizaron?
Esto que se anunció ahora (por ayer), los gimnasios. Hay varios que viven de esto y ya no alcanzaba con alquilar los aparatos o las bicicletas. Y las casas de comida. Hay muchas familias que viven de esto y que no tienen otros trabajos. Con lo que se ha habilitado vamos bien al no tener casos, y eso nos permite flexibilizar otras cosas, como la actividad de los ciclistas.
– ¿Van a necesitar asistencia financiera de la Provincia?
Ya la estamos teniendo. En tres meses hemos perdido de coparticipación casi 10 millones de pesos, además de los ingresos propios de recaudación de impuestos. Tenemos una deuda grande con proveedores porque contábamos con un remanente para funcionar después de pagar los sueldos que hoy no tenemos. La compra de materiales y de mano de obra para la realización de algunos trabajos menores es de acá, y por el momento difícil que tenemos, debimos suspenderlos. Estamos viendo cómo les pagamos primero y les decimos a esas personas que deben buscar otras tareas para hacer por fuera de esto. Además de otros compromisos que debemos asumir. Por eso el mes pasado y para este también pedimos asistencia financiera.
– ¿Qué otros compromisos?
Tenemos casi dos millones de pesos por mes de gasto social y cuestiones judicializadas, donde necesitamos cubrir la demanda, por ejemplo, de casos por violencia de género, donde hay que alquilar un lugar para la persona que sufre esto y sacarla de ese entorno. Hay que dar respuesta, más allá de la contención social, desde lo económico. Por eso para esto también estamos pidiendo ayuda.
Debemos resolver también la cuestión de los parajes que tenemos a cargo. Hay familias que hoy no tienen ingresos y que recurren al municipio.
Y buscamos generar ingresos propios, tratando de vender algunos terrenos que teníamos, pero eso lleva su tiempo. Estamos preocupados por la situación, pero con la esperanza de ir resolviendo de la mano de la Provincia todas estas cosas.
– ¿Tienen expectativas de que se pueda iniciar este año la discusión por la coparticipación que habían planteado varios intendentes y que el gobernador anunció en su discurso en la Legislatura?
Los intendentes vamos a esperar que la Provincia se acomode, que la actividad petrolera, y la de YPF en particular, se libere. Hoy tenemos una coparticipación que es igual a la de tres o cuatro años atrás por esta pandemia. Por eso primero debemos volver a la normalidad. Y después sí, iniciar ese debate.