El hombre de 53 años era empleado de la Comisión de Fomento y fue la única víctima fatal de un accidente que ocurrió el martes en Las Lajas.
Juan Antonio Castillo, de 53 años, fue la única víctima del trágico accidente vial ocurrido en la tarde de ayer en cercanías de Las Lajas. Era empleado de la Comisión de Fomento de Varvarco, la cual decretó asueto municipal para la jornada de hoy.
En la vida somos lo que hacemos y dejamos. Luego tan solo todo son recuerdos. Así de simple y de fuerte en sentimientos se puede resumir la existencia de cualquier persona. Justamente ayer el destino, la ruta y la suerte le jugaron en contra y la desgracia a favor a Juan Antonio Castillo, un reconocido, querido y respetado vecino de la localidad nortina de Varvarco.
Un accidente vial le puso fin a su vida y se “encendieron” miles de velas en su memoria. Viajaba en compañía de su esposa Victoria Vázquez desde Las Lajas en dirección a Zapala cuando por circunstancias -que las pericias accidentológicas determinarán- perdió el control de su vehículo justo en frente del sector conocido como Cerro “Cara del Indio”, a unos 13 km de la localidad lajeña.
La zona es conocida por ser una recta en subida interminable y una serie de “traicioneras” curvas y contra curvas. En ese escenario, a 277 km de su hogar, se apagaron los 53 años de vida de un hombre considerado como un “gaucho de ley” y todo el norte neuquino se llenó de dolor. En especial los vastos integrantes de las familias Castillo, Vázquez, Medel, Retamal y Valdez entre otras. Las redes sociales fueron la principal caja de resonancia de la desazón, la tristeza y el dolor por la pérdida de quien todos conocían como “Tono” y algunos otros le decían “Cumpita”.
El dolor de sus familiares
La repentina y trágica desaparición física de Juan Antonio Castillo sumió en un profundo dolor a sus familiares, amigos y allegados. Adrián “Pela” Retamal expresó: “Te voy a extrañar como primo y como amigo. Que en paz descanses”. También detalló las cualidades de su querido pariente “para mí fue un tipazo, respetuoso, gauchazo y cariñoso. La verdad fue una inesperada noticia su triste partida”.
Más adelante resaltó que Antonio era empleado del estado pero que también se dedicaba a la crianza de animales y que como tantos hombres y mujeres del lugar se dedicaba a la emblemática trashumancia. “Él tenía su invernada en Huaraco Norte, cerca de Varvarco y su veranada en Cajón Navarrete”, señaló.
Otro de los familiares que lo despidieron en las redes sociales fue Margarita Medel, quien escribió “me quedo con tu sonrisa contagiosa primo querido”. En tanto Lucy Sepúlveda posteó: “No hay palabras ni consuelo para la familia. Solo pedirle a Dios que consuele sus corazones y pedirte Señor por la salud de Victoria; que tus manos poderosas estén en cada médico que la atienda”. Hay que recordar que las autoridades policiales de Las Lajas informaron ayer que la esposa de Antonio Castillo solo había sufrido lesiones leves pero que se encontraba en evidente estado de shock por la crítica situación vivida.
Asueto Municipal en Varvarco
La muerte del hombre del norte neuquino produjo una fuerte conmoción en prácticamente en todas las localidades de la región. Según pudo confirmar LM Neuquén Castillo era empleado de la Comisión de Fomento de Varvarco. El presidente de esa comuna, Ulises Herrera, en contacto con este medio se excusó de brindar información por respeto a la familia pero si calificó a Antonio como “un excelente compañero de trabajo” y precisó además que “era empleado del área de maestranza”. También confirmó que “durante el día de hoy miércoles se ha decretado asueto municipal en memoria de Juan Antonio Castillo”.
Allegados a la familia confirmaron además que el matrimonio Castillo-Vázquez tiene una sola hija que actualmente se desempeña como docente en la escuela primaria 253 de Manzano Amargo. Para cerrar algo que llamó la atención de sus contactos fue una publicación que hizo Antonio en sus redes sociales horas antes del triste suceso que le costó la vida. Pudo haber sido algún raro presentimiento o simplemente una casualidad pero en el estado publicado se lo veía sonriente, feliz y acompañado por un contagioso ritmo musical. Fue tal vez su modo de despedirse de todos sus afectos y amores terrenales.